Sin Falsedades

Los fariseos -políticos y religiosos- que fundamentaban sus creencias en la observancia de la ley de Moisés, se constituyeron en los principales enemigos del Señor Jesús. El apandillamiento conspiró en contra para hacer desaparecer los propósitos de Dios en su persona. Tanto es así que en una ocasión, Juan el Bautista hizo fuertes pronunciamientos hacia fariseos y saduceos llamándolos generación de víboras. Buscaban al maestro por los panes y los peces y al mismo tiempo planeaban estrategias para acusarle y desacreditarle. Los mismos que se aprovecharon de su bondad fueron quienes lo cambiaron por un ladrón y le bociferaban frente a Pilato: Crucifícale. Hoy no son diferentes a los de aquellos tiempos, los hay que después de servidos, azotan y procuran cabildear en contra de quienes les sirvieron. Mientras Jesús hacía milagros ellos calculaban como destruirle, cuidémonos de esa pandemia que hoy sigue utilizando las mismas armas que utilizó para llevar a Cristo a la sepultura, aunque luego la derrota fue inminente con su resucitación al tercer día. Cristo denunció a religiosos que decían ser apóstoles y no lo eran, al contrario, fueron hallados falsos y mentirosos. Entreguémonos no a la religión e hipocresía y falsedad de muchos para arrojar veneno contra otros, sino a una íntima comunión y relación con Jesucristo quien nos dio vida abundante cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. Aconsejo vida espiritual con total dependencia de Dios, sometidos a la voluntad de Cristo y bajo la dirección del Espíritu Santo.