Thursday, August 28, 2008

"Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia." Efesios 4:31.-

Es cierto, la percepción inclina a pensar que uno de los más grandes problemas que enfrentamos hoy, es la facilidad con que nos enojamos.

Los afanes de esta vida y la presión del diario vivir, nos invaden de tal manera ,que se nos hace casi imposible llevar con tranquilidad y paz un manejo halagüeño, que nos permita allanar el camino para establecer relaciones duraderas y saludables..

¿Se ha dado cuenta las muchas veces que nos impacta esta desagradable compañía {el enojo} con la que vivimos circunstancialmente?, se enoja el político, la esposa y el esposo- que muchos se han separados por causa de un enojo-también el maestro y la maestra, el niño y la niña, el cura y el pastor, el presidente, los senadores y diputados, los abogados, el abuelo y la abuela, la prensa, nuestras calles y la sociedad en general, estamos en guerra frente a ese flagelo de malhumor.

Un enojo es "ardor,irritación, cólera, acaloramiento, disgusto, furor, indignación, ira y rabia." {nuestra gente parece no vivir de conformidad a la armonía, y a gran escala, luce que está saturada y enferma de enojo}.

El mandamiento de Jesús dice "Ama a tu prójimo como a ti mismo.

-No se ponga el sol sobre vuestro enojo- es el consejo del Apóstol Pablo.

Una persona bajo enojo está rodeada de zozobra, ansiedad, intranquilidad, desasosiego, pesadumbre e inquietud, y tener una vestidura de esa envergadura, es igual a un estado de estrés.

Dios nos libertó para que andemos en vidas radiantes. Cristo nos dice que los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. Además-continúa diciendo el Señor- el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel terreno. San Mateo 13:43-44.-

Enseñanza para aplicar: "la Iglesia de Jesucristo no es para enojados, sino para gente identificada por el gozo."

Parecería que el enojo nos ha incapacitado para llevarnos en paz.

El ser humano, por así decirlo, con mucha facilidad se enoja, inclusive hasta nosotros los cristianos. A veces se presentan situaciones que nos llevan a experimentar enojo por argumentos que con un poco de paciencia podríamos vencerlo, constituyéndose esto en una posición no recomendable para la vida del creyente y no creyente, debido a los efectos dañinos para la salud mental, emocional, espiritual, y las buenas relaciones con los demás y con nuestros familiares.

En nuestra sociedad, y por vivir ante una realidad tan irreverente de los valores humanos, es de orden perentorio una profilaxis contra el enojo, su engendramiento y propagación.- El énfasis de la instrucción nos invita a superar cualquier situación de la cual Dios no se agrade. 'Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia." Efesios 4:31.-

Hoy te invito a sonreir y relajarte, y en un completo estado de concordia, encontrar alivio y refrigerio espiritual para tu vida, en la consolación del Espíritu Santo.

Cristo te ama.

Antonio Regalado

El autor es pastor

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