Sunday, November 9, 2008

Sola gracia / No se trata únicamente del favor otorgado al que no tiene méritos, sino del favor otorgado por medio de Cristo al que tiene desméritos

Las ofertas gratuitas son muy atractivas, porque anuncian la oportunidad de obtener algo sin tener que desprendernos de nada, beneficio sin costo.

Sin embargo, hay cosas que son tan valiosas que cuando se ofrecen gratis generan sospechas.

Vivimos en un mundo en el que se mueven tantos intereses que nos resulta difícil creer que algo demasiado bueno se ofrezca sin costo alguno.

Ese es el problema que muchos tienen con el cristianismo bíblico.

El hombre quiere hacer algo que le merezca la salvación, algo bueno que mueva a Dios a fijarse en él y decir: “Merece que yo le ofrezca mi ayuda y lo salve, porque ha hecho un buen esfuerzo”.

Por eso, cuando escuchan el mensaje del evangelio de que Dios ofrece salvación al hombre solo por gracia, excluyendo por completo nuestros méritos y nuestras obras, les resulta sumamente difícil aceptar que sea cierto.
Pero si hay una verdad claramente enseñada en la Biblia, es que la salvación es un regalo de gracia.

“Por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Y en Romanos 3:24 Pablo añade que hemos sido declarados justos delante de Dios “gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.
Ahora bien, la gracia de Dios es usualmente definida como un favor que Él concede a personas que no lo merecen.

Pero esta definición todavía se queda corta del concepto bíblico de gracia.

No se trata únicamente del favor otorgado al que no tiene méritos, sino del favor otorgado por medio de Cristo al que tiene deméritos.

Si usted le da algo de comer a un mendigo se puede decir que le ha tratado con misericordia. Pero si ese mismo individuo le había robado el día anterior y aun así decide socorrerle, eso es gracia.

Y la salvación que el evangelio anuncia es una oferta de gracia, la extraordinaria noticia de que Dios concede perdón y vida eterna a pecadores culpables por medio de la fe en Su Hijo.

La salvación es gratuita, pero no porque sea barata, sino porque el Señor Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad encarnada, murió en la cruz del Calvario para pagar la deuda inmensa de todos aquellos que Él vino a salvar.

“Al que no conoció pecado (Cristo), por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2Corintios 5:21).

He ahí el corazón del evangelio: La salvación es por gracia, “por medio de la fe, no por obras, para que nadie se gloríe”.

El autor es pastor
Sugel Michelén/ http://www.elcaribecdn.com.do

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