Tuesday, March 24, 2009

La crueldad / Por Vilma de Rojas

Crueldad es hacer daño adrede o a propósito o a sabiendas.

El egoísmo es la raíz de la crueldad.

Cuando pensamos en el pecado de crueldad, generalmente pensamos en alguien falto de compasión y clemencia, que fríamente rehúsa oír los ruegos de ayuda en sus necesidades.

Esto es correcto, pero solo nos ofrece un aspecto de la cuestión.

La crueldad incluye algo más, que es: PASAR POR ALTO:

Para ser crueles no necesitamos mas que pasar por alto las necesidades de nuestro prójimo. Cuando así hacemos, ya somos crueles, inclementes y despiadados.

Lucas 10:30 Jesús ilustra esto claramente en la parábola del Buen Samaritano.

El califica al samaritano como el personaje que cuando éste vio a alguien que estaba en necesidad, se inclino y lo ayudo, en contraposición a otros que también vieron la necesidad y no se conmovieron en lo absoluto, pasando de largo.

A todos se nos ha presentado frecuentemente una situación similar y una reacción igual al del sacerdote y el levita.

A veces tenemos excusas validas:- Tal vez nos están esperando en otra parte,- Tenemos que cumplir con el ministerio,- Si nos demoramos perdemos una bola, el avión, etc.

Tenemos excusas hasta cierto punto comprensibles.

Hoy día no se puede hacer favores a toda persona pues lo pueden involucrar e implicar en cualquier asalto, accidente o crimen.

En estos tiempos puede ocurrirnos cosas peores y poner en peligro nuestras familias, si ayudamos o socorremos a alguien, que dejar tirado al que fue asaltado, por eso la mayoría de las veces no podemos cumplir a cabalidad con el mandato de no pasar por alto la necesidad de los demás.

ANALISIS DE LA PARABOLA

De Jerusalén a Jericó era un día de camino.

El Sacerdote y el Levita, aunque no tenían los medios del Samaritano, cuando menos su corazón estaba lleno de crueldad.

El Samaritano era aquel que tenía las condiciones (cabalgadura y dinero) para socorrer al infeliz hombre.

Con todo y eso el Señor nos ordena "Ve tú y haz lo mismo" Aunque tengamos motivos justificados, aunque nos entristezcamos por la situación del prójimo, aunque argumentemos y nos excusemos, Dios nos califica de hombres crueles.

Pasar de largo frente a alguien que tiene necesidad, es algo que frecuentemente hacemos, olvidándonos de los que dicen las Escrituras en Santiago 2:13"Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio."

Diariamente debemos rogar a Dios para que nos convenza de nuestra crueldad o falta de clemencia y misericordia.

Debemos arrepentirnos y pedirle al Señor que nos ayude a enmendar nuestra conducta.

Recordando su palabra en Lucas 6:36 "Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso."

La autora es pastora.

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