Luz sobre el candelero: Haití será restaurado y levantado de sus escombros y sus cenizas

Una herida ardiente, quemante, lacerante, es Haití. devastada por un terremoto de siete grados en la escala de Richter, treinta y cinco veces más potente que la bomba atómica arrojada sobre Hiroshima, Japón, al final de la segunda guerra mundial, de acuerdo a declaraciones a la prensa internacional del profesor de geofísica Roger Searle de la Universidad de Durham, en el Reino Unido.

Esta nación necesita de la oración de todos, de la ayuda y solidaridad de cada corazón.

Los hospitales improvisados no tienen electricidad para atender a los heridos, miles de haitianos estan en las calles porque no tienen lugar para regresar al haber perdido sus casas, y la gente no tiene un lugar específico donde llorar a sus muertos.

Muchas veces, y de muchas maneras, se dejaron sentir voces de todas partes para que vinieran en auxilio del País mas pobre del planeta, pero casi nadie escuchaba.

Ahora, con miles de muertos, con las calles manchadas de sangre y abarrotadas por la angustia, el hambre, la pena y el dolor frustrante, cuando por años se ha venido haciendo un llamado de alerta, llamando a la atención sobre las condiciones sociales en la que ha estado sumergida la Sociedad Haitiana antes de este cataclismo acontecido. Ahora, el concierto de las Naciones del mundo han inclinado sus oídos hacia Haití.

Caos, desesperación, incertidumbre. Cadáveres amontonados y esparcidos se descomponen en la medida que pasan las horas, en las calles no se hace visible un orden evidente. Un pueblo sediento de medicina, agua potable, alimentos, personal especializado en rescate, entre otras cosas.

Levantemos el espíritu de solidaridad [adhesión y compañerismo} en el momento presente por Haití.

No hay tiempo que perder, ha llegado la hora de actuar.

Que a partir de ahora, Haiti deje de ser un colectivo solitario, ocupado por el olvido y el dolor, para ser un ejemplo de progreso y esperanza, bienestar y crecimiento.

Haití será restaurado y levantado de sus escombros y sus cenizas , en el Nombre de Jesús, la Iglesia clama por ti. Amén.