Perdón

Los afanes de la vida nos abruman de tal manera que el tiempo se hace corto para cumplir nuestras responsabilidades, y en el ínterin vamos perdiendo interés por las cosas a las que debemos gratitud. Una sociedad que aparta la mirada de sus valores apunta hacia el infortunio y el fracaso. La “gratitud” definida por el pequeño Larousse es: sentimiento de estima y reconocimiento que una persona siente hacia otra que le ha hecho un favor o servicio, y a la que desea corresponder. Readaptar nuestro estilo de vida es inminente dentro del estado infecundo que nos acontece. Es imperativo condimentar a nuestro prójimo con acciones que reflejen hermandad y mansedumbre. En este día comparte con alguien el más excelente de los regalos de Dios: el amor. Si te han ofendido o eres el ofensor, pide perdón. En una ocación el Apóstol Pedro se acercó al Señor y le preguntó: ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿hasta siete ? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. (San Mateo 18: 21-22). El momento es propicio para abrazar un amigo, regalar una sonrisa, pronunciar un “te amo”, visitar un enfermo, reconciliación, levantar la autoestima, visitar un parque, echar pan a las palomas, habitar en armonía, desaprobar la violencia física o verbal, y afirmar la filantropía hacia los demás y a lo interno de la familia. Dios es el todo en todos.