Friday, April 15, 2011

Echando fuera el temor

Dios creó a la mujer con un gran potencial que el enemigo de las almas ha querido opacar y paralizar, afectar su fe y por ende sus acciones a través del temor. Este temor se refiere a los sentimientos y emociones que controlan y envuelven a la mujer cuando sus situaciones o circunstancias la minimizan, la menosprecian y le susurran al oído que no podrá levantarse de esa condición que generalmente trae depresión, desconsuelo y en resumidas cuentas le paraliza, petrificando así sus sueños y sus acciones en pos de lo que Dios ha prometido. Este estado le mantiene no solo emocionalmente deprimida y sin motivación, sino que le mantiene estática, sin movimientos de fe, y esto es así porque el temor es un espíritu que te paraliza, te estanca y no te permite avanzar hacia lo que Dios quiere hacer contigo, por ello debemos echarlo fuera en el nombre de Jesús. La verdad es que Dios quiere y hará grandes cosas en tu vida así que abre tu corazón porque hoy el temor y el miedo se irán en la medida que le creas a Dios. Cuando el temor se va, nada te hará desistir de obrar conforme a la voluntad de Dios según su palabra, de creer para tu milagro, para tu sanidad, para la estabilidad y restauración de tu casa, de tus hijos, de tu esposo si eres casada, de tus proyectos personales, de lo que anhelas en tu corazón.Si tu estás en Cristo y Dios está contigo, ¿Quién contra ti, qué no podrás lograr en el Señor? Él te ha diseñado para grandes cosas y te llama a ser valiente y a salir de la condición en la cual te encuentras. Hoy te voy a hablar de dos mujeres que supieron enfrentar las adversidades que se levantaron en su contra. En el libro de Rut 1:16“Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”.Rut 2:11-12“Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte”. Podemos conocer a través de las sagradas escrituras parte de la vida de Rut, una joven viuda que dejó su lugar de origen “Moab” para ayudar a su suegra, y no solo con la intención de acompañarla y ayudarla, sino que dejando y renunciando a sus antiguas costumbres, tradiciones y creencias de idolatría y paganismo, decide valientemente servir al Dios de Noemí, confesando: “Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”. Vemos claramente que esta mujer dejó lo suyo, lo antiguo, su pasado, que era lo más seguro que tenía para extenderse hacia lo nuevo, en un proyecto de fe junto a Noemí. No puedes tomar lo nuevo de Dios para tu vida sino estás dispuesta a dejar lo viejo. Rut fue sabia al tomar sus decisiones y Dios la honró así como ella honró a su suegra y al Dios de ella. Esta mujer reconocida de los hombres por su trabajo, esfuerzo, pasos de fe; tuvo determinación, valentía y arrojo para enfrentar los riesgos que significaba salir a una tierra desconocida sin saber lo que le esperaba. Ella tenía la convicción de que iba con la bendición del Dios a quien ofreció servirle por siempre. Allí en la tierra de Noemí, Rut se esforzó, trabajó con sus manos, y los resultados fueron buenos; obtuvo el fruto de su trabajo. Bendijo, sustentó y acompañó a su suegra y Jehová le dio esposo, a Booz, pariente cercano de Noemí, un hombre noble, trabajador, con influencias y temeroso de Dios quien la honró y la cubrió haciéndola su esposa. Dios trajo respuesta en sustento, bendición y cobertura para Rut y Noemí, pues el Señor honra a los que le honran. De esa misma manera hará contigo cuando te levantes con determinación y fe.Asimismo podemos hablar de Ester como un segundo ejemplo de valentía, perseverancia y búsqueda de Dios Todopoderoso que hace justicia a su pueblo. Veamos como en los días de Asuero rey de Persia, su esposa la reina Vasti, deshonró su corona y su posición, renunciando al llamado del rey a su fiesta, provocando la destitución de su reinado y dando lugar a la búsqueda emergente de una nueva reina. En ese momento entró en escena Ester, una bella judía, huérfana, criada por su tío Mardoqueo, el cual también era judío. Esta mujer se levantó de la nada, de una simple condición como cualquier judía compitiendo con muchas otras doncellas con el objetivo de ganar el favor del rey. Luego de haberse preparado por un año en la casa de las mujeres, aprendiendo a comportarse y todo lo necesario para entrar a la presencia del rey, con la fe de convertirse en reina y ganar su corazón, le llegó el momento más esperado. Por eso te digo: mujer, tu momento llega!De este modo la gracia estuvo con ella, además de las armas del ayuno y la oración con las cuales ella contaba. Así hizo pregonar para que el pueblo se uniese en esta intensa búsqueda, sabiendo que Dios era poderoso para salvarla a ella y a su nación.Estas estrategias utilizadas por Ester, además de lo que Dios había puesto sobre ella, fueron los peldaños que ella escaló para ocupar el lugar que él tenía para ella junto al rey, no solo para su propio beneficio, sino para toda la nación de Israel. Tu puedes convertirte al igual que estas mujeres en un instrumento poderoso en las manos de Dios. Entra hoy en el propósito divino, echando fuera el temor, el miedo, la ansiedad y todo aquello que impida que cumplas tus sueños y lo que Dios ha puesto en tu corazón. Enfócate en Jesús, mírale a él. La fe vence el temor al igual que el perfecto amor echa fuera todo temor; el amor de Dios que te dice, todo estará bien, yo tengo el control de tu vida y solamente espero que creas y actúes más allá de tu pasado de tristeza y dolor. Dios te dice que no te dejará sola y que él cumplirá su propósito en ti. No tengas temor de ser quien fuiste llamada a ser ante los ojos de Dios. Así como Rut y Ester, Dios tiene para ti un nuevo día, cosas extraordinarias. Zuleika Azar

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