¡Ay, que tarde me dí cuenta!
Los consejos que me dieron con el tiempo perecieron,
Hoy quisiera yo escuchar aquellos que me los dieron,
¡Pero todos se murieron!
¡Ay, que tarde me dí cuenta, todo pereció en la carne!...
Quizás muchos se alegraron y hasta piedras me tiraron, queriendo verme en el piso, tirado y desordenado, pero Dios no permitió que esa potestad malvada, llegara tan descarada a darme a mí bofetadas.
Fueron tantas puñaladas en mi carne tan inmunda, que mi alma salió de escena moribunda y angustiada, pero Dios me abrió una puerta dando un paso con esmero y me llevó hasta mi Cristo borrando todo lo viejo.
Hoy proclamo valeroso y actitud reverente, que soy nueva criatura totalmente diferente.
Glorifico yo a mi Dios quien mis pasos ha ordenado, pero también testifico a mi Esperanza de Gloria con gratitud y renuevo, al hijo del Dios viviente,
¡Al Cristo que me hizo nuevo!!!!!
¡ALELUYA!
Pastor
Antonio Regalado
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