Thursday, September 4, 2008

Salvador Sabino, confesión de un dominicano que pasó del narcotráfico al evangelio cristiano

Testimonio de un narco que controlaba 17 puntos y ahora es pastor

NUEVA YORK._ La década de los ochentas y los noventas fue una de las más terribles para el populoso barrio de Washington Heitghs (Alto Manhattan) que en la época, tenía mayoría absoluta de habitantes dominicanos.

El boom creado por el Crack, se constituyó en el nefasto puente a través del cual, muchos jóvenes, e incluso adultos y hasta personas entradas en edad –hombres y mujeres – trataban de entrar al bajo mundo en busca de riqueza fácil, rápida, sucia y embarrada de sangre.

El caso del dominicano oriundo de San Pedro de Macorís Salvador Sabino (Sal) es sólo uno de ellos e ilustra con testimonio crudo, real, escalofriante y a veces increíble, como la epidémica droga acabó con una gran parte de la juventud que llegaba como inmigrante y con parte de los jóvenes que habían nacido aquí, robándoles los espacios de las más importantes oportunidades de sus vidas.

“Hemos tenido que pagar un precio muy alto, por lo que hicimos en esas décadas”, afirma Sabino que ahora es reverendo y guía a unos 1,500 feligreses, bajo la dirección del reverendo Ike en la iglesia que opera en el teatro United Palace de la calle 175 y avenida Broadway.Sabino que llegó pequeño a Estados Unidos fue conectándose desde su adolescencia con el bajo mundo y ya a los 29 años de edad, estaba de cabeza en una celda federal de máxima seguridad, en la que después de haber dado “todos los gustos”, encontró la ergástula como única compañía.

Allí, casi enloquece, recuerda en entrevista concedida a este reportero días antes del espectáculo testimonial que junto a otros 11 ex pandilleros, narcotraficantes y droga adictos del sector, presentará este sábado 30 de junio en el mismo teatro y que él ha titulado “Dos caminos” que tendrá además la participación de la orquesta de Ramón Orlando y otros artistas.Después de sus años de cárcel, salió de allí convertido en predicador del evangelio.

Entre sus anécdotas más importantes, están las de su participación en crímenes, asaltos y “tumbes” a otros narcotraficantes.

Sabino salvó su alma, pero también se salvó de muchos más años de cárcel y de la deportación. cuando tras cumplir su tercera sentencia, se presentó ante un juez, después de haber hablado honestamente con su abogado, el juez de inmigración, decidió darle la oportunidad.

Aunque llegaba a la corte con el respaldo de su iglesia, reconocidos pastores y varias instituciones, el temor siempre le asechó. Pero para él, Cristo lo necesitaba para que llevara el mensaje a Washington Heitghs.

Se convirtió, cuando en la absoluta soledad de su calabozo, creía volverse loco y acudió a hechicería contratando a dos “brujas” y tratando de que no fuera condenado por los “conjuros” de sus “hadas madrinas”, las que invocaba todas las noches y a las que les hacía rituales.

“pedí el libro de los espíritus y cuando desenvolví lo que estaba envuelto que ví la Biblia, tomé el teléfono para ordenar que ejecutaran a la supuesta bruja”Un ejemplar de la Biblia llegó a sus manos en la cárcel después que pidiera un nuevo libro de brujería.

“En vez del libro de magia negra, lo que hizo mamá fue mandarme la Santa Biblia.
quise rechazarla, pero también crecí sabiendo de a ese libro hay que respetarlo y por eso no lo boté, lo puse sobre un armarito y lo decoré con un rosario, una fruta, un pedazo de pan”, relata el reverendo.

“Casi ignoraba la Biblia, hasta que un día me puse a leer y a leer y la palabra de Dios empezó a entrar a mi vida. Un día dije: Señor Jesús si es verdad que tú vives, como dicen los aleluyas, si es verdad que tú estás vivo, como dice la Bilbia, yo quiero que tú vengas a esta celda”, narra el pastor Sabino.

“Creí estarle orando a ese Dios de palo que mamá tenía en la casa, porque nunca pensé que había un Dios vivo, pero una madrugada como a las cinco, escuché una voz que decía: Salvador, desperté y pensé que estaba oyendo voces, me dije que eso eran todas las drogas, todos los alter hours y la vida que llevaba ahí afuera, pero escuché la voz de nuevo y me arrodillé, estaba temblando y me dije que me estaba volviendo loco”.

Para asegurar de que la voz era la de Dios, Salvador pidió que era así, que entrara a la celda, herméticamente cerrada y hecha de hierro forjado sólido y no de barrotes, porque se trata de una prisión de máxima seguridad.

“Sentí que alguien entró, me abrazó y me dijo: soy yo, dije: me arrepiento, me respondió: tú estás salvo a hora”. Desde ese momento fue “tocado” por Dios, pero aclara que la transformación fue un proceso.

“Todavía a los meses me daban ganas de darle una puñalada a algún preso, me encolerizaba por cualquier cosa y deseaba pelear con cualquiera, pero llegó el momento en que ya nada me molestaba”, relata.

Al año, ya era el pastor para muchos de los presos, parte de los que ahora forman parte de su iglesia.

Dos años más tarde, comienza a vivir una vida diferente y regresa a Washington Heitghs. “El señor me dijo al principio que no volviera en ese entonces al Alto Manhattan”.

Se ha dedicado a buscar a otros de los que fueron sus compañeros de fechorías en aquellos tiempos, pero sostiene que a veces se dificulta porque muchos todavía tienen el temor de que los líderes de pandillas a las que pertenecieron, puedan tomar represalias.

Entre los 12 ex pandilleros, hay un ex pelotero, un funcionario de una importante universidad, un ejecutivo y varios empresarios, de los uno de ellos es multi millonario.

“La iglesia no es un museo, me gustaría que lo fuera, pero la iglesia es un habitah donde vienen los enfermos y nosotros los recibimos”, sostiene para explicar que de muchos de los que eran sus compañeros y algunos que no conoce, pero que son delincuentes, lo llaman con cierta frecuencia para entregarse a Jesús.

Recuerda el caso de un joven que en su posesión tenía granadas de distintos tipos, ametralladoras, pistolas, revólveres, rifles y unos 300 mil dólares en efectivo que lo llamó para llegar hasta la iglesia.Sabino se comunicó con la policía y después de negociar con las autoridades, logró que la uniformada allanara el “clavo” y recuperara armas y dinero, pero nunca cedió a entregar a la justicia al ahora convertido ex delincuente.Su ministerio tiene 16 años de ejercicio.

“Tuve problemas cuando salí por primera vez de la cárcel, hubo cosas que no quise enfrentar. Era un narcotraficante muy exitoso en la calle, pero titubee en llamar a mis suplidores con los que tenía muchas drogas y dinero”, explica.

Cuando finalmente, se decidió llamarlos y les dijo que se había arrepentido, estos les respondieron que ya no les debía nada, porque se había entregado a Cristo.

Sabino, que llegó a controlar hasta 17 puntos sólo en Washington Heitghs, generando a la semana sobre los 200 mil dólares, vendiendo las drogas al detalle.

“Personalmente, nunca asesiné a nadie, pero sí hice el intento y les desee la muerte a muchos, el problema es que todo el que está en drogas da balazos y recibe balazos”, añade el testimonio del reverendo dominicano.Después de explayarse en algunos detalles de cómo se maneja el sucio negocio del narcotráfico, asegura que “después que Jesucristo entró en mi corazón, inmediatamente hice una llamada a una oficina central que tenía y ordenó que recogieran todas las armas que estaban ahí, así como el dinero.

“Perdoné a todo el mundo por los millones de dólares que había invertido, aunque había dejado un bulto en la casa con $40 mil dólares, tenía negocios a nombre de otras personas y había comprado algunas propiedades, parte de ese dinero, estaba siendo prestado”, expone Sabino.

“En un momento el Espíritu Santo me dijo que no quería que yo tuviera el dinero sucio y lo regalé todo. Me quedé sin un centavo”, explica.

Después de llegar a Estados Unidos con 13 años de edad en 1970, cayó por primera vez en la cárcel en 1978 y la sentencia comenzó a cumplirla en 1980, sale en 1985 y se mantiene en libertad por tres meses y 28 días, para volver a caer de nuevo tras los barrotes con nueve años y medios de prisión.

Ahora, Salvador Sabino no es sólo un ejemplo de regeneración, rehabilitación y recuperación social para su comunidad, sino un testimonio al mundo de que cuando un hombre quiere reivindicarse, el camino siempre está abierto.

Fuente: periódico digital www.elnuevodiario.com.do

Autor: Miguel Cruz Tejada

1 comment:

Majarete said...

La palabra de Dios ejerce cambios positivos en la persona que se deja enseñar por ella. Buena experiencia.