Tuesday, April 10, 2007

Descubre tu verdadero valor

En los tiempos de la esclavitud, se vendían y se compraban hombres. El amo ponía un precio a cada esclavo dependiendo de las cualidades que éste tuviera. Se tomaba en cuenta su fuerza física, inteligencia, habilidad laboral, desenvolvimiento, dedicación al trabajo e integridad. Los estimados variaban, desde muy altos, hasta muy bajos. El hombre que perdía su libertad, también perdía su propio valor: otros le ponían precio.

En la actualidad, la esclavitud ha desaparecido, por lo menos en sus características antiguas. Sin embargo, hay millones de hombres esclavizados porque permiten que otros les pongan precio a su ser.

Muchas vidas están enfermas y paralizadas por llevar en su interior la angustia de una baja autoestima. Una idea pobre de sí mismo es una característica común de la crisis depresiva.

¿Qué piensas de ti mismo? Dime qué piensas de ti mismo y te diré quién eres. Muchos se auto castigan porque no están contentos consigo mismos. Otros se aborrecen; viven vidas miserables porque creen que no valen nada; caminan por la vida: temerosos, tímidos, apocados, inseguros y llenos de complejos. No se atreven a emprender nada por temor al fracaso. Sus existencias son insípidas, pobres y sin sentido.

Amigo, ¿te cuentas entre alguno de estos casos? ¿Has sido afectado por las comparaciones injustas nacidas de ti o de tus padres? ¿Alguien ha estropeado tu estima propia? Descubre tu verdadero valor. Veamos lo que Dios piensa de ti.

La Biblia dice que tú fuiste creado a la imagen de Dios. Por consiguiente, eres hermoso, pues Dios lo es. Un niño plantó un letrero bien grande en la puerta de su casa que decía: “Yo soy yo, y soy bueno y bonito” y más abajo decía la razón: “Porque a mí me hizo Dios, y Dios no hace nada malo o feo”.

El libro sagrado nos dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.” - Génesis 1:31

Esto es una base firme de la autoestima. Hemos sido creados por la mano de Dios. De la misma manera que un libro es el reflejo de su autor, tú y yo somos un reflejo de la imagen de Dios. No somos producto del azar; somos el resultado del genio creativo del Dios del universo. De acuerdo con el libro inspirado, somos lo último de su creación, hechos “poco menor que los ángeles” - Salmos 8:5

Muchos no se aceptan así mismos porque no logran entender el propósito eterno de su Creador. Los conceptos del hombre chocan con los de Dios. Por ejemplo, mientras los racistas creen que las razas son degradación, para Dios son variedad que rompen la monotonía y embellecen su creación. Lo feo, lo malo, lo bonito y lo bueno es relativo.

Dios ha otorgado a todo ser humano la cualidad de ver las cosas diferentes. El hizo que todos los ojos vean las cosas en forma distinta. Es así, que lo que es bello o feo para unos, no lo es para otros.

No hay dos cosas en esta tierra que sean exactamente iguales. Dios se tomó el trabajo de hacer todo diferente. Aún lo más insignificante, como la hoja de un árbol o un ave del campo, difiere una de otra. Esto encierra una gran enseñanza, y es que tú también eres único en tu género. Tú eres tú, y no eres como nadie más. Dios te ha puesto como algo exclusivo que vino a cumplir un propósito. Eres una pieza en el rompecabezas de Dios, una obra de arte en su museo, una flor en su jardín, un súbdito en su reino, un hijo en su familia. Dios embelleció su creación haciéndote diferente. No te compares con nadie, ni permitas que nadie lo haga, pues todos somos únicos.

La Biblia nos dice:

“Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, Oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. (…) Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopia y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida” - Isaías 43:1, 3-4

Hermosas son las palabras de Dios que te dicen: “Tú eres mío”. Si no crees que vales nada, para el Todopoderoso eres de “gran estima”; si para los hombres eres un gusano, para Dios eres “honorable”; si tú no te amas a ti mismo, Dios sí te ama. Dios prometió a su pueblo Israel que por ellos daría hombres y naciones enteras. Amado amigo, tienes que saber que Dios ha dado más que esto por ti. La escritura bíblica nos dice:

“Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” - Juan 3:16

Dios sacrificó el cielo para salvarte. Entregó a quien más amaba por ti. El apóstol Pablo dijo:

“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros”
- Romanos 8:32

¡Cuán valiosa es tu vida para Él! Tú representas el precio del sacrificio de su Hijo. El apóstol Pedro también afirmó:

“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” - Pedro 1:18,19

Lo que Dios nos ha dado no se compara con oro ni plata. Es el precio de la sublime sangre de su Hijo, el precio de Su vida. Si Dios te ama, es tiempo que tú también te ames. Si Dios te acepta, acéptate a ti mismo. Si Dios te perdona, ¿qué haces castigándote a ti mismo? Vamos, enderézate, recobra la conciencia de tu infinito valor. Levanta tu mirada, pues tú eres un hijo de Dios, príncipe del cielo, coheredero con Cristo.

Amigo, tú puedes sentirte desanimado y deshonrado ante tus propios ojos, simplemente porque no sabes quién eres. Pero cuando aceptas a Cristo, llegas a ser parte de la familia del reino divino; dejas de ser un alma perdida, y Él te da la autoridad de ser llamado hijo de Dios, y como hijo, también heredero.

¡Que Dios te bendiga y te dé la victoria
en Cristo Jesús!

Tratado de: www.elamanecer.org

No comments: