Wednesday, April 11, 2007

Lo que no se puede perder

Hay muchas cosas sin las cuales no pudiéramos vivir: el aire para respirar, el agua para beber y la comida para alimentarnos. Nuestro cuerpo dejaría de funcionar si ellos faltaran.

De la misma manera, existe en nuestro ser espiritual una necesidad tan urgente e imprescindible como las ya mencionadas. ¿Cuál es?...

Le voy a dar algunas claves: la necesita cuando encara sus sueños, cuando se le ofrece alguna oportunidad, cuando tiene que tomar alguna decisión, cuando confronta sus problemas difíciles, cuando es joven, cuando va a casarse, cuando se hace viejo, cuando está por dar el último suspiro; llegará el momento en que usted no necesite un trago más de agua, un mordisco más de algo para comer o un respiro más, y todavía sentirá esta otra necesidad. ¿De qué estoy hablando...? de LA ESPERANZA. Sin esperanza usted está muerto. Con esperanza todo está a su alcance.

La esperanza es la mayor necesidad de todos los vivientes. La requiere el acaudalado en su riqueza, que mayor cuidado le ofrece; la necesita el pobre que padece su miseria y su pobreza; la necesita el que sale para regresar, el que siembra para cosechar, el que comienza para terminar, el que sueña para realizar, el que lucha para triunfar, el enfermo para sanar y el que llora para reír. Es la necesidad del sabio y del ignorante, del ateo y del creyente, del feliz y del desdichado.

Mark Twain, el célebre humorista americano, relataba la siguiente experiencia. Cuando buscaba oro en las montañas del Oeste, él y sus compañeros llegaron a un sitio en donde creyeron que había un yacimiento del precioso metal. Se entregaron a la búsqueda llevando cubo tras cubo de tierra. Pasaron muchos días. Desencantados por no haber logrado nada, se detuvieron, y acordaron que si después de llenar un cubo más no lo conseguían, abandonarían su búsqueda. Así lo hicieron, y al no conseguir nada, se fueron disgustados. Ocurrió, que esa misma noche, cayó un fuerte aguacero que puso al descubierto la superficie donde el oro brillaba. Un caminante pasaba por allí y declaró el descubrimiento. La fortuna fue suya. Mark Twain afirmó: "Estuve a sólo un cubo de la fortuna." Cuando hay que alcanzar la felicidad o el éxito en la vida, no desistas. Porque cuando se pierde la esperanza, se pierde todo.

La esperanza es el guía del ciego, la muleta del paralítico, el sostén del pobre, el faro para el náufrago, la amiga del abandonado, la compañera del triste, el consuelo del afligido y el aliento para el moribundo.
En la Biblia podemos encontrar este pensamiento tan hermoso:

"Y el Dios de Esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo." - Romanos 15:13

Este versículo es muy revelador, ya que nos enseña que el Dios nuestro, el Dios del cielo, es el Dios de la esperanza. Eso significa que la esperanza se origina en Dios, y que sin Él no existe la esperanza.

El rey David exclamó:

"Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza. Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte, y mi refugio. Esperad en Él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de Él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio" - Salmos 62: 5-8

Existe una razón poderosa para explicar por qué los ojos de todos esperan en Él. El Dios de la esperanza, es también el Dios del amor. Él es bondadoso, misericordioso, capaz de compadecerse, que guarda verdad para siempre, hace justicia a los agraviados, da pan a los hambrientos, liberta a los cautivos, abre los ojos de los ciegos, levanta a los caídos, ama a los justos, cuida a los extranjeros, al huérfano y a la viuda sostiene, y trastorna el camino de los impíos.

No en vano el salmista dijo:

"Bienaventurado [dichoso, feliz] (...) aquel cuya esperanza está en Jehová su Dios, el cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay..." - Salmos 146: 5,6

Querido amigo, si estás turbado por los problemas o abrumado con cargas que la vida te ha puesto; si te sientes fatigado por el largo camino que has recorrido, desesperas al no ver el fin; si estás atravesando por el largo túnel de la depresión, bebiendo la amarga copa del fracaso, frustrado y decepcionado; si sientes que tu existencia es un cruel castigo, no tienes fuerzas, y estás al borde de la desesperación... ¡detente por un momento! Clama al Dios de la esperanza, corre hacia Él, refúgiate en Él. Jesús dijo:

"... al que a mí viene, no le echo fuera" - Juan 6:37

Dios desea ayudarte. Entrégale tus cargas. Espera en Él, y hallarás gozo, paz y descanso para tu alma.

EL DIOS DEL CIELO, ES EL DIOS DE LA ESPERANZA.

¡Que Dios te bendiga y te dé la victoria en Cristo Jesús!

Tratado de:www.elamanecer.org

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